Oh! San José dormido, tierno protector y custodio de la Sagrada Familia, acudo a ti en busca de tu intercesión y ayuda divina.
Con humildad y confianza te presento mi petición, sabiendo que siempre escuchas, con ternura, las súplicas de tus hijos.
En este momento difícil que atravieso, te pido, oh! San José, que intercedas ante Nuestro Señor para otorgarme el favor que tanto anhelo.
Sabes cuánto necesito esta gracia y cuánto me desgasta la incertidumbre y la preocupación.
Confío en tu poderosa intercesión y en tu amor paternal, sabiendo que nunca fallas a aquellos que acuden a ti con fe.
Te presento mi petición, San José, con el corazón sincero y lleno de esperanza.
Te suplico que me ayudes a encontrar una salida a esta situación que me agobia.
Que se abran las puertas que parecen cerradas y que se despejen los obstáculos que impiden mi bienestar.
Concédele a mi vida la gracia que tanto necesito y fortaléceme en las pruebas que enfrento.
Amén.
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