¡Oh, glorioso San Alejo, santo bienaventurado!
Que estás en la gloria gozando de Dios, alcánzame el favor de alejarme de todo mal.
Te pido que me protejas de mis enemigos, de personas negativas y de cualquier influencia perjudicial.
Que tu poder me haga invisible para aquellos que quieren hacerme daño, y que me concedas la paz y la armonía.
San Alejo, ruega por mí y por todos aquellos que te veneran, para que podamos estar siempre bajo tu protección.
Amén.
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