Oh! Santa Marta poderosa,
amada y respetada virgen
de la serpiente,
tú que salvaste a un niño
de la muy segura muerte,
ya que está envuelto
por una serpiente
y al cual Dios
a través de ti salvó,
tú le concediste al niño,
por medio de toque
de clarín o silbato,
la salvación
de su inocencia,
salvando su vida.
Asimismo deseo,
Santa Marta mía,
que por tu afable intervención
y la de San Cipriano
me ayudes
y me liberes
de toda maldad,
de todo peligro,
que alejes de mí
todo aquel que quiera
hacerme daño,
no permitas, Madre,
que la serpiente me malogre,
no dejes Santa Marta
que la serpiente me domine,
dame la fuerza para matarla
por la cabeza y poder salir
victorioso de esta batalla.
Esta serpiente, Madre,
se está
enredando en mis pies,
en mi cuerpo
y quiere matarme,
pero señor te pido
que seas tú
quien la domine a ella,
dándome el poder a mí
para hacer mi voluntad.
Te pido, Madre,
que la serpiente
se arrepienta
y me pida perdón
de rodillas
por intentar matarme, que
(di su nombre)
se arrastre frente a mí,
que se humille, que me busque.
Te encomiendo Madre mi fe, a ti,
San Wenceslao y San Cipriano,
para que
(di su nombre)
sea mi esposa,
mi amante o mi mujer,
para que me atienda
con mucho amor
y que de lo contrario seas tú
quien la domine con la serpiente
para que venga
rendida a mis pies.
Santa Marta, alcanza a
(di su nombre),
ponme en su mente.
Santa Marta, conquista a
(di su nombre),
ponme en su mente.
Santa Marta, domina a
(di su nombre),
ponme en su mente.
Confío en ti amable madre.
Amén.
amada y respetada virgen
de la serpiente,
tú que salvaste a un niño
de la muy segura muerte,
ya que está envuelto
por una serpiente
y al cual Dios
a través de ti salvó,
tú le concediste al niño,
por medio de toque
de clarín o silbato,
la salvación
de su inocencia,
salvando su vida.
Asimismo deseo,
Santa Marta mía,
que por tu afable intervención
y la de San Cipriano
me ayudes
y me liberes
de toda maldad,
de todo peligro,
que alejes de mí
todo aquel que quiera
hacerme daño,
no permitas, Madre,
que la serpiente me malogre,
no dejes Santa Marta
que la serpiente me domine,
dame la fuerza para matarla
por la cabeza y poder salir
victorioso de esta batalla.
Esta serpiente, Madre,
se está
enredando en mis pies,
en mi cuerpo
y quiere matarme,
pero señor te pido
que seas tú
quien la domine a ella,
dándome el poder a mí
para hacer mi voluntad.
Te pido, Madre,
que la serpiente
se arrepienta
y me pida perdón
de rodillas
por intentar matarme, que
(di su nombre)
se arrastre frente a mí,
que se humille, que me busque.
Te encomiendo Madre mi fe, a ti,
San Wenceslao y San Cipriano,
para que
(di su nombre)
sea mi esposa,
mi amante o mi mujer,
para que me atienda
con mucho amor
y que de lo contrario seas tú
quien la domine con la serpiente
para que venga
rendida a mis pies.
Santa Marta, alcanza a
(di su nombre),
ponme en su mente.
Santa Marta, conquista a
(di su nombre),
ponme en su mente.
Santa Marta, domina a
(di su nombre),
ponme en su mente.
Confío en ti amable madre.
Amén.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
Hacer la oración y los rezos nueve martes seguidos.
Encender una vela nueva, verde y blanca, a Santa Marta todos los martes.
Hacer la oración y los rezos nueve martes seguidos.
Encender una vela nueva, verde y blanca, a Santa Marta todos los martes.
