¡Oh glorioso san Miguel!,
excelso ministro de Altísimo,
con devoción te alabo por la veneración y honor
que te rinden las Jerarquías Angélicas
de las cuales eres augusto Príncipe.
San Miguel victorioso,
caballero de la Inmaculada Virgen María
y portador de su estandarte.
Guerrero justo y fiel que luchaste
contra el soberbio Príncipe de las Tinieblas
y venciste, y desterraste a los infiernos:
se nuestro defensor ante el enemigo,
ayúdanos a salir victoriosos de sus ataques,
con tu espada y escudo detén los ataques del mal.
Aleja señor Miguel todo aquello que nos pueda perjudicar,
limpia, purifica y abre nuestros caminos
para que, libres de todo impedimento,
podamos avanzar, prosperar y lograr metas,
y así conseguir todo lo que ansiamos y deseamos
muy especialmente solicito tu ayuda para:
(pedir ahora lo que se desea obtener).
San Miguel arcángel,
dotado de amor compasivo hacia los hombres,
ciñe tu armadura a nuestro cuerpo y nuestra alma
para que nada ni nadie dañino la pueda traspasar,
para que nos preserve y nos ampare
en todo momento y situación.
San Miguel protector,
extiende tus benéficas alas sobre nosotros,
acude con tus Santos Ángeles
y aparta de nosotros todo obstáculo que se oponga
a la realización de nuestros sueños e ilusiones,
con tu entrega y dulzura auxílianos,
con tu fuerza guárdanos, defiéndenos, protégenos,
y haz que sepamos imitar tus virtudes,
especialmente tu fidelidad y celo por la gloria de Dios,
para que cuando salgamos de esta vida terrenal
seamos presentados por ti, libres de toda culpa,
ante Dios misericordioso.
En nombre del Padre,
en nombre del Hijo,
y en nombre del Espíritu Santo.
Amén.
excelso ministro de Altísimo,
con devoción te alabo por la veneración y honor
que te rinden las Jerarquías Angélicas
de las cuales eres augusto Príncipe.
San Miguel victorioso,
caballero de la Inmaculada Virgen María
y portador de su estandarte.
Guerrero justo y fiel que luchaste
contra el soberbio Príncipe de las Tinieblas
y venciste, y desterraste a los infiernos:
se nuestro defensor ante el enemigo,
ayúdanos a salir victoriosos de sus ataques,
con tu espada y escudo detén los ataques del mal.
Aleja señor Miguel todo aquello que nos pueda perjudicar,
limpia, purifica y abre nuestros caminos
para que, libres de todo impedimento,
podamos avanzar, prosperar y lograr metas,
y así conseguir todo lo que ansiamos y deseamos
muy especialmente solicito tu ayuda para:
(pedir ahora lo que se desea obtener).
San Miguel arcángel,
dotado de amor compasivo hacia los hombres,
ciñe tu armadura a nuestro cuerpo y nuestra alma
para que nada ni nadie dañino la pueda traspasar,
para que nos preserve y nos ampare
en todo momento y situación.
San Miguel protector,
extiende tus benéficas alas sobre nosotros,
acude con tus Santos Ángeles
y aparta de nosotros todo obstáculo que se oponga
a la realización de nuestros sueños e ilusiones,
con tu entrega y dulzura auxílianos,
con tu fuerza guárdanos, defiéndenos, protégenos,
y haz que sepamos imitar tus virtudes,
especialmente tu fidelidad y celo por la gloria de Dios,
para que cuando salgamos de esta vida terrenal
seamos presentados por ti, libres de toda culpa,
ante Dios misericordioso.
En nombre del Padre,
en nombre del Hijo,
y en nombre del Espíritu Santo.
Amén.
Rezar tres Credos, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Hacer la oración y los rezos tres días seguidos.
El último día se puede encender una vela azul o blanca.
Hacer la oración y los rezos tres días seguidos.
El último día se puede encender una vela azul o blanca.
