señor en el cielo
y amo en la tierra,
escuda a tus siervos leales
contra todos los males
del egoísmo y la pasión
que el mismo diablo
implanta en el corazón.
Protégeme con la mirada vigilante
de tu amorosa bondad
de todo odio y rencor,
de toda rabia y envidia;
ampárame entre los muros
de la fortaleza inexpugnable
de tu cuidado y cariño,
libres de los dardos de la duda,
haznos las manifestaciones
de tus gloriosas señales;
ilumina nuestros rostros
con los refulgentes rayos
de la Aurora de Tu divinidad;
alegra nuestros corazones
con los versículos revelados
desde tu Reino de santidad;
y fortalécenos las espaldas
con tu Poder irresistible
proveniente de tu gloria.
Tú eres el Todogeneroso,
el Protector, el Todopoderoso,
el Magnánimo, el Verdadero,
el Invencible Dios del universo,
protégeme y protégenos,
a todos los que con fe
te adoramos por siempre jamás.
Amén.