El Señor resucitó, ¡aleluya, aleluya, aleluya!
Oh! Jesús resucitado, que nos has manifestado tu profundo amor,
y después del sufrimiento del calvario, de tu muerte en la cruz,
y a pesar de las angustias, el dolor y las penas que padeciste,
obtuviste victoria definitiva ante la muerte
y estas vivo y vives entre nosotros.
A Ti, que eres vida, esperanza y nuestro camino a seguir,
te pedimos llenes con tu claridad nuestras vidas,
danos fuerza y ayuda para superar nuestra fragilidad
e irradia felicidad, salud, amor y paz entre nosotros.
Oh! Jesús, hermoso tesoro del cielo,
que a través de tu preciosa sangre nos has salvado
y nos has redimido del pecado,
perdona y disuelve mis faltas cometidas
y guíame para hacer lo correcto en todas las ocasiones.
Oh! mi señor Jesús, que resucitaste de entre los muertos,
y antes de tu ascensión a los cielos dijiste:
"Estaré siempre con vosotros, hasta el fin de los tiempos"
entra en mi vida y permanece en ella,
que tu presencia sea mi auxilio hoy y mañana
que tu gracia me asista en todo momento y lugar;
concede buena salud a mi cuerpo, aleja la enfermedad,
llena de amor correspondido mi vida sentimental.
Concede consuelo a las penas que afligen mi corazón
y remedio a mis carencias y adversidades,
trae abundancia de trabajo y prosperidad a mi hogar
rescátame de todos los males, visibles e invisibles
y derrama sobre mí tu misericordiosa bondad.
Oh! Jesús, poderoso en las alturas y en la tierra,
mi divino benefactor, mi generoso bienhechor,
sé que en la mañana y en la noche caminas a mi lado,
y cuando estoy abatida, triste, sola y confundida,
sé que Tú estás conmigo y me rodeas con tu misericordia.
Y, cuando me pierdo y no puedo salir de mis problemas,
cuando me falta la salud o tengo graves necesidades,
sé que Tú estás ahí, sé que me escuchas, me entiendes,
y yo me siento amada, abrigada y protegida por ti.
Oh! verbo divino, hijo único del Padre,
luz del mundo, poderoso sanador de todos,
mi amadísimo cristo redentor, te adoro y te venero,
Tú que me has salvado con tu dolor,
Tú que tienes compasión de los que sufren en su cuerpo,
de los que sufren en su corazón, de los que sufren en su alma,
ten misericordia de mí y ayúdame,
que tu inmensa generosidad llegue a mi vida
y pueda ver resuelto esto que tanto me preocupa:
(hacer aquí su petición)
Oh! Cristo, señor Jesús, ten piedad de mí,
haz que pueda superar estos momentos difíciles,
mira con bondad mis aflicciones
y líbrame del dolor y de los apuros que me oprimen.
Oh! Cristo Jesús, ten piedad de mí, aleja mis temores,
disipa mis sombras, lléname con tu espíritu.
Tú que venciste a la muerte
y me enseñaste el verdadero camino,
renueva mi fe y acrecienta mi confianza en Ti,
abre mis ojos a la maravilla de tu amor por mi,
que el resplandor de tu resurrección llene mi día a día.
Jesús resucitado, dame alegría de vivir,
enséñame a caminar a la fiesta de tu encuentro,
pon humildad, claridad y calor en mi corazón
para que sepa ser más caritativa con mis semejantes;
y ante todo, pon fervor y entrega en mi alma
para que no deje de amarte nunca.
Oh! mi amantísimo Jesús,
que eres la resurrección y la vida
Tú has venido, Tú volverás, te esperamos,
Oh! mi juez soberano, mi divino maestro.
Oh! buen pastor, estabas muerto y vivo estás.
En tus manos nos ponemos, a tu inagotable amor acudimos,
en tu corazón depositamos nuestras súplicas y necesidades,
usa tu clemencia y fortalece nuestra debilidad,
has resucitado, mi señor Jesús, gracias por perdonar mis pecados.
Amén.
Oh! Jesús resucitado, que nos has manifestado tu profundo amor,
y después del sufrimiento del calvario, de tu muerte en la cruz,
y a pesar de las angustias, el dolor y las penas que padeciste,
obtuviste victoria definitiva ante la muerte
y estas vivo y vives entre nosotros.
A Ti, que eres vida, esperanza y nuestro camino a seguir,
te pedimos llenes con tu claridad nuestras vidas,
danos fuerza y ayuda para superar nuestra fragilidad
e irradia felicidad, salud, amor y paz entre nosotros.
Oh! Jesús, hermoso tesoro del cielo,
que a través de tu preciosa sangre nos has salvado
y nos has redimido del pecado,
perdona y disuelve mis faltas cometidas
y guíame para hacer lo correcto en todas las ocasiones.
Oh! mi señor Jesús, que resucitaste de entre los muertos,
y antes de tu ascensión a los cielos dijiste:
"Estaré siempre con vosotros, hasta el fin de los tiempos"
entra en mi vida y permanece en ella,
que tu presencia sea mi auxilio hoy y mañana
que tu gracia me asista en todo momento y lugar;
concede buena salud a mi cuerpo, aleja la enfermedad,
llena de amor correspondido mi vida sentimental.
Concede consuelo a las penas que afligen mi corazón
y remedio a mis carencias y adversidades,
trae abundancia de trabajo y prosperidad a mi hogar
rescátame de todos los males, visibles e invisibles
y derrama sobre mí tu misericordiosa bondad.
Oh! Jesús, poderoso en las alturas y en la tierra,
mi divino benefactor, mi generoso bienhechor,
sé que en la mañana y en la noche caminas a mi lado,
y cuando estoy abatida, triste, sola y confundida,
sé que Tú estás conmigo y me rodeas con tu misericordia.
Y, cuando me pierdo y no puedo salir de mis problemas,
cuando me falta la salud o tengo graves necesidades,
sé que Tú estás ahí, sé que me escuchas, me entiendes,
y yo me siento amada, abrigada y protegida por ti.
Oh! verbo divino, hijo único del Padre,
luz del mundo, poderoso sanador de todos,
mi amadísimo cristo redentor, te adoro y te venero,
Tú que me has salvado con tu dolor,
Tú que tienes compasión de los que sufren en su cuerpo,
de los que sufren en su corazón, de los que sufren en su alma,
ten misericordia de mí y ayúdame,
que tu inmensa generosidad llegue a mi vida
y pueda ver resuelto esto que tanto me preocupa:
(hacer aquí su petición)
Oh! Cristo, señor Jesús, ten piedad de mí,
haz que pueda superar estos momentos difíciles,
mira con bondad mis aflicciones
y líbrame del dolor y de los apuros que me oprimen.
Oh! Cristo Jesús, ten piedad de mí, aleja mis temores,
disipa mis sombras, lléname con tu espíritu.
Tú que venciste a la muerte
y me enseñaste el verdadero camino,
renueva mi fe y acrecienta mi confianza en Ti,
abre mis ojos a la maravilla de tu amor por mi,
que el resplandor de tu resurrección llene mi día a día.
Jesús resucitado, dame alegría de vivir,
enséñame a caminar a la fiesta de tu encuentro,
pon humildad, claridad y calor en mi corazón
para que sepa ser más caritativa con mis semejantes;
y ante todo, pon fervor y entrega en mi alma
para que no deje de amarte nunca.
Oh! mi amantísimo Jesús,
que eres la resurrección y la vida
Tú has venido, Tú volverás, te esperamos,
Oh! mi juez soberano, mi divino maestro.
Oh! buen pastor, estabas muerto y vivo estás.
En tus manos nos ponemos, a tu inagotable amor acudimos,
en tu corazón depositamos nuestras súplicas y necesidades,
usa tu clemencia y fortalece nuestra debilidad,
has resucitado, mi señor Jesús, gracias por perdonar mis pecados.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Glorias y tres Credos.
La oración y los rezos se hacen 9 días seguidos.
Encender una vela blanca al comenzar la oración,
La oración y los rezos se hacen 9 días seguidos.
Encender una vela blanca al comenzar la oración,
apagarla al acabar todos los días.