Oh, gloriosísima Santa Marta,
que tuviste la dicha
y el placer de hospedar a Jesús,
junto con tu familia
que tanto adoraba su labor.
Le brindaste tus servicios
y pusiste tus manosa trabajar,
para que se sintiera
cómodo y a gusto.
Que, acompañada de tus hermanos
María Magdalena y Lázaro,
oíste atentamente la doctrina
que infundía en su conversación.
Te imploro por mi familia
y por mi bienestar,
para que jamás falte el pan,
la armonía no se irrumpa
y el amor fluya
como la brisa por las ventanas
de mi aposento.
Cada miembro de mi familia
sea bendecido por ti,
sus acciones sean
bien vistas por el Señor,
y de tal manera,
sólo Dios y nada más que él,
viva y reine en nuestra casa libremente.
Desata a mi familia
de las cadenas que los espíritus malignos
intentan atar en su piel,
para que las desgracias
espirituales
no sean un problema nuestro.
Te pido el auxilio y apoyo
en cuidar a mis hijos,
y no caigan en malas manos ni lenguas.
Y bríndame la larga vida
y el honor de verlos crecer,
ver como son unidos a Dios padre todopoderoso,
y una vez que parta al cielo,
esperarlos a tu lado y del Señor, pacientemente.
Amén.
que tuviste la dicha
y el placer de hospedar a Jesús,
junto con tu familia
que tanto adoraba su labor.
Le brindaste tus servicios
y pusiste tus manosa trabajar,
para que se sintiera
cómodo y a gusto.
Que, acompañada de tus hermanos
María Magdalena y Lázaro,
oíste atentamente la doctrina
que infundía en su conversación.
Te imploro por mi familia
y por mi bienestar,
para que jamás falte el pan,
la armonía no se irrumpa
y el amor fluya
como la brisa por las ventanas
de mi aposento.
Cada miembro de mi familia
sea bendecido por ti,
sus acciones sean
bien vistas por el Señor,
y de tal manera,
sólo Dios y nada más que él,
viva y reine en nuestra casa libremente.
Desata a mi familia
de las cadenas que los espíritus malignos
intentan atar en su piel,
para que las desgracias
espirituales
no sean un problema nuestro.
Te pido el auxilio y apoyo
en cuidar a mis hijos,
y no caigan en malas manos ni lenguas.
Y bríndame la larga vida
y el honor de verlos crecer,
ver como son unidos a Dios padre todopoderoso,
y una vez que parta al cielo,
esperarlos a tu lado y del Señor, pacientemente.
Amén.
Hacer la oración nueve días seguidos.
Encender una vela blanca cada día dejándola hasta que se consuma.