Oh Nuestra Señora de Fátima,
venerada y aclamada en todo el mundo,
que nos dejaste tus mensajes de salvación,
ayúdanos a ser mejores y a llegar al amor de Jesucristo.
Reina del Rosario y Madre Clemente,
estoy ante ti Virgen mía,
porque no te olvido,
estoy aquí porque te quiero en mi vida
y acudo a tu corazón
para que me ayudes en mis necesidades.
Tú que a través de tu Sagrada Imagen
derramas tus misericordias maternales
a favor de los afligidos,
doloridos y enfermos
y de los que suplicamos por los pesares.
Hoy acudo a ti,
Virgen milagrosa de Fátima,
porque confío plenamente
en tus bondades,
pues eres la gran esperanza
de los apenados,
y lanzo mi mirada al cielo porque te requiero.
Ante ti pongo todas mis preocupaciones,
y te ruego,
con todo el fervor de mi corazón,
que me ayudes a atraer
el amor en mi vida,
y que me des valor para nutrirlo día a día.
Oh dulcísima reina del mundo,
oh blanca y peregrina
Señora del Rosario,
universal mediadora
entre Dios y nosotros,
te ruego me ayudes en mis peticiones,
me abandono en tus amorosos brazos,
recíbeme, como hijo,
en tu maternal regazo,
y no me desampares ahora y nunca.
Así sea.
venerada y aclamada en todo el mundo,
que nos dejaste tus mensajes de salvación,
ayúdanos a ser mejores y a llegar al amor de Jesucristo.
Reina del Rosario y Madre Clemente,
estoy ante ti Virgen mía,
porque no te olvido,
estoy aquí porque te quiero en mi vida
y acudo a tu corazón
para que me ayudes en mis necesidades.
Tú que a través de tu Sagrada Imagen
derramas tus misericordias maternales
a favor de los afligidos,
doloridos y enfermos
y de los que suplicamos por los pesares.
Hoy acudo a ti,
Virgen milagrosa de Fátima,
porque confío plenamente
en tus bondades,
pues eres la gran esperanza
de los apenados,
y lanzo mi mirada al cielo porque te requiero.
Ante ti pongo todas mis preocupaciones,
y te ruego,
con todo el fervor de mi corazón,
que me ayudes a atraer
el amor en mi vida,
y que me des valor para nutrirlo día a día.
Oh dulcísima reina del mundo,
oh blanca y peregrina
Señora del Rosario,
universal mediadora
entre Dios y nosotros,
te ruego me ayudes en mis peticiones,
me abandono en tus amorosos brazos,
recíbeme, como hijo,
en tu maternal regazo,
y no me desampares ahora y nunca.
Así sea.
Hacer la oración 9 días seguidos, comenzando martes o jueves.
Encender una vela blanca al comenzar la oración, apagándola al terminar y dejándola que se consuma totalmente el último día.
Agradecer los favores recibidos compartiendo la buena nueva con todos los seres queridos.
Encender una vela blanca al comenzar la oración, apagándola al terminar y dejándola que se consuma totalmente el último día.
Agradecer los favores recibidos compartiendo la buena nueva con todos los seres queridos.