Querido Dios,
¡Tú eres la alegría para el mundo!
¡El Señor de nuestra vida y de nuestra historia, de nuestros gozos y de nuestros momentos de felicidad!
Mientras nos preparamos para esta comida, también preparamos nuestros corazones para que Tú los moldees más a semejanza del tuyo.
Tú eres la razón por la que sonreímos todos los días.
Tú eres la razón por la que sonreímos todos los días.
Eres la razón por la que estoy tan lleno de alegría que quiero ¡cantar alabanzas!, cantarle al mundo todo el bien con que has colmado mi vida y la de mi familia.
Padre, el amor, la gracia y la misericordia que has tenido para con nosotros, ha llenado nuestro mundo y nos mantienes la esperanza viva de permanecer contigo cuando llegue la hora en que nos llames a la Casa del Padre, por lo que no puedo dejar de sonreír.
Tú has llenado mi copa a rebosar de alegría, y rezo para que cuando los demás vean, a mi familia o a mí, puedan ver el rostro de tu amor, el rostro de tu bondad y el de tu alegría, ¡el rostro de Jesús!
Gracias Padre, por este maravilloso don de la alegría que ha llegado a nosotros a través del nacimiento de nuestro Rey y Salvador, Señor nuestro. ¡Te amamos!
Amén.
Padre, el amor, la gracia y la misericordia que has tenido para con nosotros, ha llenado nuestro mundo y nos mantienes la esperanza viva de permanecer contigo cuando llegue la hora en que nos llames a la Casa del Padre, por lo que no puedo dejar de sonreír.
Tú has llenado mi copa a rebosar de alegría, y rezo para que cuando los demás vean, a mi familia o a mí, puedan ver el rostro de tu amor, el rostro de tu bondad y el de tu alegría, ¡el rostro de Jesús!
Gracias Padre, por este maravilloso don de la alegría que ha llegado a nosotros a través del nacimiento de nuestro Rey y Salvador, Señor nuestro. ¡Te amamos!
Amén.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.