Glorioso san Sebastián
que alcanzaste de Dios tanta fe y caridad
que llegaste a sacrificar tu vida por amar al Padre
y socorrer a tus hermanos más necesitados.
Ahora que vives junto a Dios
escucha las plegarias y ruegos de los que te invocamos
con gratitud, esperanza, fe y devoción,
y llegamos a ti confiando en tu poderoso valimiento.
Mártir de Cristo,
alcánzanos de Dios que, confesando nuestra fe,
acojamos el Reino anunciado por Jesucristo
con verdadero espíritu de entrega
y vivamos como hijos de Dios.
Que nuestros hogares sean bendecidos
para que en ellos no exista la aflicción,
que no haya enfrentamientos ni desunión,
y reinen el cariño, el bienestar, la alegría y la paz.
Que tengamos un trabajo digno y bien pagado
donde podamos avanzar y mejorar
y en el reinen la justicia y la concordia.
Aleja de nosotros las enfermedades,
las desdichas, miserias y carencias,
que la fortuna y la buena suerte nos inunden,
que la abundancia y prosperidad nos acompañen.
Líbranos de todo egoísmo y maldad
para que fraternalmente unidos vivamos
en esta hermosa tierra que Dios nos ha dado
de acuerdo con los valores del Reino:
especialmente la verdad, la igualdad,
la caridad, la justicia y el amor.
Haz que siempre estemos bajo la protección
de María, nuestra Madre,
para que Ella nos lleve siempre a Cristo,
fuente de eterna felicidad.
San Sebastián,
escucha nuestros ruegos,
danos fuerza y confianza para que
siguiendo tu ejemplo de fe, esperanza y caridad
podamos alcanzar la vida eterna
que Jesús promete a los que perseveran hasta el fin.
Así sea.
que alcanzaste de Dios tanta fe y caridad
que llegaste a sacrificar tu vida por amar al Padre
y socorrer a tus hermanos más necesitados.
Ahora que vives junto a Dios
escucha las plegarias y ruegos de los que te invocamos
con gratitud, esperanza, fe y devoción,
y llegamos a ti confiando en tu poderoso valimiento.
Mártir de Cristo,
alcánzanos de Dios que, confesando nuestra fe,
acojamos el Reino anunciado por Jesucristo
con verdadero espíritu de entrega
y vivamos como hijos de Dios.
Que nuestros hogares sean bendecidos
para que en ellos no exista la aflicción,
que no haya enfrentamientos ni desunión,
y reinen el cariño, el bienestar, la alegría y la paz.
Que tengamos un trabajo digno y bien pagado
donde podamos avanzar y mejorar
y en el reinen la justicia y la concordia.
Aleja de nosotros las enfermedades,
las desdichas, miserias y carencias,
que la fortuna y la buena suerte nos inunden,
que la abundancia y prosperidad nos acompañen.
Líbranos de todo egoísmo y maldad
para que fraternalmente unidos vivamos
en esta hermosa tierra que Dios nos ha dado
de acuerdo con los valores del Reino:
especialmente la verdad, la igualdad,
la caridad, la justicia y el amor.
Haz que siempre estemos bajo la protección
de María, nuestra Madre,
para que Ella nos lleve siempre a Cristo,
fuente de eterna felicidad.
San Sebastián,
escucha nuestros ruegos,
danos fuerza y confianza para que
siguiendo tu ejemplo de fe, esperanza y caridad
podamos alcanzar la vida eterna
que Jesús promete a los que perseveran hasta el fin.
Así sea.
Especificar lo que se quiere conseguir en especial y rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.