Glorioso san Alberto Hurtado,
apóstol y fiel seguidor de Jesucristo,
que siempre procuraste hacer el bien,
como Jesús lo haría en tu lugar,
que supiste amar y servir, orar y ayudar,
entregado con fervor a los pobres,
amigo y maestro de los niños,
protector de la juventud,
que dejaste huella entre nosotros:
acudimos a ti con gran esperanza
a encomendarte nuestras familias,
nuestras alegrías y tristezas,
y para que nos prestes ayuda en la adversidad.
Tú fuiste la voz de la justicia,
testimonio de caridad
y refugio de los más desamparados,
mira las precariedades por las que pasamos,
mira las carencias que afrontamos
y concédenos tu poderosa intercesión
para que podamos solucionarlas,
ayúdanos a conseguir un buen trabajo o negocio,
y todo lo necesario para vivir con holgura,
sin ruinas, sin miserias, sin penas ni inquietudes,
ayúdanos a alcanzar lo que con esperanza pedimos:
(decir ahora lo que se quiere conseguir).
Como un verdadero padre del angustiado,
del que precisa remedio para sus necesidades,
del que se encuentra débil ante las dificultades,
y todo aquel que a ti se acerca,
no dejes de llevar nuestras peticiones al Cielo,
consigue para nosotros lo que hoy nos hace tanta falta.
San Alberto Hurtado, bendita alma de Dios,
enséñanos a vivir la caridad con intensidad,
a tener una vida solidaria como la tuviste tu.
Guíanos por los rectos caminos
y condúcenos a Jesús,
nuestro Maestro y Salvador.
Haznos vivir siempre en el Amor, la Verdad y la Vida,
aún en medio de las contrariedades.
Padre Hurtado, glorioso hombre del Señor,
hijo de María y de la Iglesia,
amigo de Dios y de todos nosotros,
danos tu amparo y protección.
Te lo pedimos por Cristo,
nuestro hermano y Señor.
Amén.
apóstol y fiel seguidor de Jesucristo,
que siempre procuraste hacer el bien,
como Jesús lo haría en tu lugar,
que supiste amar y servir, orar y ayudar,
entregado con fervor a los pobres,
amigo y maestro de los niños,
protector de la juventud,
que dejaste huella entre nosotros:
acudimos a ti con gran esperanza
a encomendarte nuestras familias,
nuestras alegrías y tristezas,
y para que nos prestes ayuda en la adversidad.
Tú fuiste la voz de la justicia,
testimonio de caridad
y refugio de los más desamparados,
mira las precariedades por las que pasamos,
mira las carencias que afrontamos
y concédenos tu poderosa intercesión
para que podamos solucionarlas,
ayúdanos a conseguir un buen trabajo o negocio,
y todo lo necesario para vivir con holgura,
sin ruinas, sin miserias, sin penas ni inquietudes,
ayúdanos a alcanzar lo que con esperanza pedimos:
(decir ahora lo que se quiere conseguir).
Como un verdadero padre del angustiado,
del que precisa remedio para sus necesidades,
del que se encuentra débil ante las dificultades,
y todo aquel que a ti se acerca,
no dejes de llevar nuestras peticiones al Cielo,
consigue para nosotros lo que hoy nos hace tanta falta.
San Alberto Hurtado, bendita alma de Dios,
enséñanos a vivir la caridad con intensidad,
a tener una vida solidaria como la tuviste tu.
Guíanos por los rectos caminos
y condúcenos a Jesús,
nuestro Maestro y Salvador.
Haznos vivir siempre en el Amor, la Verdad y la Vida,
aún en medio de las contrariedades.
Padre Hurtado, glorioso hombre del Señor,
hijo de María y de la Iglesia,
amigo de Dios y de todos nosotros,
danos tu amparo y protección.
Te lo pedimos por Cristo,
nuestro hermano y Señor.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Repetir la oración y los rezos tres días seguidos.
Repetir la oración y los rezos tres días seguidos.