¡Oh Santo Niño Jesús de Praga!,
yo recurro a Vos,
y os ruego por Vuestra Santísima Madre,
me asistáis en esta dificultad tan grande:
(decir lo que se quiere conseguir)
porque creo firmemente
que Vuestra Divinidad puede socorrerme.
yo recurro a Vos,
y os ruego por Vuestra Santísima Madre,
me asistáis en esta dificultad tan grande:
(decir lo que se quiere conseguir)
porque creo firmemente
que Vuestra Divinidad puede socorrerme.
Espero con confianza obtener Vuestra Santa Gracia.
Os amo con todo mi corazón
y con todas las fuerzas de mi alma.
Me arrepiento sinceramente de mis pecados,
y os suplico, oh mi buen Niño Jesús,
me deis fuerza para triunfar al alejarme de ellos.
Tomo la resolución de no ofenderos más,
y me ofrezco a Vos
en la disposición de sufrirlo todo antes
ofenderos y disgustaros.
Desde ahora quiero serviros con fidelidad.
Por Vuestro amor, ¡oh Santo Niño!,
amaré a mis prójimos como a mí mismo.
Niño lleno de poder,
¡oh Jesús!, yo os suplico de nuevo,
me asistáis en esta difícil circunstancia:
(repetir la petición)
Hacedme la gracia
de poseeros eternamente,
junto a María y José,
y la de adoraros
con los Santos Ángeles de la Corte Celestial.
Así sea.
Os amo con todo mi corazón
y con todas las fuerzas de mi alma.
Me arrepiento sinceramente de mis pecados,
y os suplico, oh mi buen Niño Jesús,
me deis fuerza para triunfar al alejarme de ellos.
Tomo la resolución de no ofenderos más,
y me ofrezco a Vos
en la disposición de sufrirlo todo antes
ofenderos y disgustaros.
Desde ahora quiero serviros con fidelidad.
Por Vuestro amor, ¡oh Santo Niño!,
amaré a mis prójimos como a mí mismo.
Niño lleno de poder,
¡oh Jesús!, yo os suplico de nuevo,
me asistáis en esta difícil circunstancia:
(repetir la petición)
Hacedme la gracia
de poseeros eternamente,
junto a María y José,
y la de adoraros
con los Santos Ángeles de la Corte Celestial.
Así sea.
Rezar el Credo y la Salve.
Repetir la oración y los rezos siete días consecutivos.
Oración revelada al Padre Cirilo de Praga en el siglo XVII, por las muchas ayudas, espirituales y materiales, que él y el convento habían recibido del Niño, y por los muchos milagros que los fieles
habían obtenido a través de la poderosa intercesión del Milagroso Niño Jesús de Praga.