Madre de las aguas del océano,
divina reina de las olas,
Yemanjá mi protectora,
cuida de mí,
aleja las penas y los fracasos
abre mis caminos al amor,
a la abundancia y a la prosperidad.
Enfermera en el sufrimiento,
consuelo de los afligidos,
asesora de los angustiados,
Madre de todos,
Yemanjá yo (di tu nombre) en ti confío.
Te agradecemos las muchas gracias
que nos concedes a diario.
Distribuye tu caridad y amor
entre todos sus hijos
y ayúdanos a prosperar
quita los obstáculos de nuestros caminos.
Te agradecemos Madre Yemanjá,
por recibirnos al recurrir a tus poderes
tú Reina Divina eres misericordiosa,
gracias Yemanjá.
Por tu radiación milagrosa, gracias,
gracias por la constante protección
que ofreces a nuestros hermanos que sufren.
Nos inclinamos ante ti,
y te rogamos que continúes
dando protección a tus devotos
que te profesamos un profundo amor.
Te agradecemos tu oro bendecido
para continuar amparando
y haciendo vibrar la bondad.
Danos armonía, paz y salud
a los que nos arrodillamos a tus pies suplicando.
Danos tu protección
y la bendición de un alma pura.
Tu poder es inmenso,
Yemanjá mi Madre muy querida
y jamás te he de olvidar.
Así sea.
divina reina de las olas,
Yemanjá mi protectora,
cuida de mí,
aleja las penas y los fracasos
abre mis caminos al amor,
a la abundancia y a la prosperidad.
Enfermera en el sufrimiento,
consuelo de los afligidos,
asesora de los angustiados,
Madre de todos,
Yemanjá yo (di tu nombre) en ti confío.
Te agradecemos las muchas gracias
que nos concedes a diario.
Distribuye tu caridad y amor
entre todos sus hijos
y ayúdanos a prosperar
quita los obstáculos de nuestros caminos.
Te agradecemos Madre Yemanjá,
por recibirnos al recurrir a tus poderes
tú Reina Divina eres misericordiosa,
gracias Yemanjá.
Por tu radiación milagrosa, gracias,
gracias por la constante protección
que ofreces a nuestros hermanos que sufren.
Nos inclinamos ante ti,
y te rogamos que continúes
dando protección a tus devotos
que te profesamos un profundo amor.
Te agradecemos tu oro bendecido
para continuar amparando
y haciendo vibrar la bondad.
Danos armonía, paz y salud
a los que nos arrodillamos a tus pies suplicando.
Danos tu protección
y la bendición de un alma pura.
Tu poder es inmenso,
Yemanjá mi Madre muy querida
y jamás te he de olvidar.
Así sea.
Hacer la oración tres días seguidos.
Encender cada día una vela azul celeste, o azul y blanco.
