Oraciones: ¿Cuál es el poder de la oración?
Existe una sólida evidencia científica que indica que la fe y la oración pueden ayudarnos a experimentar una mayor salud física, mental y psicológica. Se han publicado muchos estudios en revistas médicas y psicológicas que respaldan los efectos positivos de la oración y la fe. Pero algunos de los estudios relacionados con la oración tienen resultados mixtos según el tipo de oración, la demografía y los métodos y medios en los que se midieron sus efectos.
Por lo tanto, es importante seguir estos estudios con una mente crítica para poder ver por qué llegaron a sus conclusiones. Pero, en general, la mayoría de las conclusiones apoyan las influencias positivas de la oración y la fe en la salud y el funcionamiento humanos.
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La oración y la meditación pueden influir en nuestro estado mental, que luego tiene un efecto en nuestro estado corporal. Puede ayudar con la ansiedad, la tristeza, la presión arterial, el sueño, la digestión y la respiración. También puede influir en el pensamiento. Estas, con el tiempo, pueden cambiar la actividad cerebral y, en última instancia, las experiencias subjetivas y objetivas de nosotros en el mundo.
Hay dos tipos generales de oración: personal o individualista y grupal o colectiva. Lógicamente, si uno es bueno, dos es mejor. Cuando un grupo de personas medita u ora juntas con las mismas intenciones claras, la conciencia de sí mismo y suficiente enfoque y concentración, entonces el efecto podría ser aún más positivo. Históricamente, también ha habido impactos sociales en las oraciones colectivas de la congregación bautista al Salaat islámica.
el poder de la oración
El poder de la oración es innegable para quienes oran con regularidad. Las verdaderas historias de oración que marcan la diferencia en un momento, una vida o el mundo nos inspiran a examinar y fortalecer nuestra vida de fe con regularidad. Busque lo más profundo para acceder al poder de la oración para cambiar nuestras vidas y nuestros corazones.
Hablar con Dios o con la Divinidad no tiene nada que ver con la religión y no tiene que estar ligado a ninguna creencia en particular. Orar no tiene por qué significar inclinarse ante una Biblia o arrodillarse frente a un altar. La oración puede ser simplemente hablar con Dios en tu cabeza o en voz alta, en cualquier momento y lugar.
Si no te suscribes a la idea de un Dios, considera orar y honrar a la divinidad que yace dentro de ti, la chispa que te da vida. Ese pequeño núcleo que te hace tú. Aprovecha eso, habla con eso, o simplemente habla con tu corazón al Universo. Soy un creyente de que puedes expresar tus sueños al mundo y hacerlos realidad. Al dar voz a tus pensamientos más íntimos, les estás dando permiso para existir en el mundo corporal. Los hace más reales y les da vida.
oraciones con poder
Pero la oración no se trata de hablar con Dios, se trata de cambiar tu corazón. No se trata de Dios, se trata de ti. Orar es como hablar con un terapeuta. Nos trae consuelo. Y la terapia no es para beneficio de nuestros terapeutas, es para nosotros. Se trata de nosotros.
Tenemos que sentir que hay un propósito mayor para todo lo que nos pasa a nuestro alrededor. Así es como nos enfrentamos a cosas y situaciones que son difíciles de entender. Tenemos que creer que nuestro dolor y sufrimiento está aumentando y conduciendo a algo, que hay una razón detrás de ello.