San Cipriano, ruego preservarme de todos los maleficios, arterías, perfidias de Lucifer;
cuidad la vista y el pensamiento mío;
sean llenos de confusión los que atentan contra mi vida, que mis enemigos sean confundidos y alejados, mantenedme triunfante sobre ellos eternamente.
Así sea.
Lleguen mis súplicas a San Cipriano para acceder a este humilde ruego
(hacer ahora la petición).
Os suplico, San Cipriano y Santa Justina, no olvidéis esta petición mía que hoy os hago.
Elevádmela al altísimo, para que, con vuestro ardor e intercesión, sé que me será concedida.
Señor gracias de antemano te doy.
Amén.
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