María Padilha, amada mía, señora de los cielos y los infiernos, dadora de vida, de amor y de odio, te estoy invocando yo, para que tortures con tus siete rayos a
(di su nombre)
tortúralo para que quede prendado por mí, por mi cuerpo, por mi sudor, por mi aliento y mi jadeo, y así queda grabado en el eter del destino, tortúralo hasta su vuelta, tortúralo fuerte en su huída, su aura es mía, su color es el que yo decida, suya ya no es su vida, yo decidiré por él, yo decido por él, ya no sufriré por él, tortúralo con tus rayos de poder,
(di su nombre)...
Por la tortura inflingida por María Padilha, toda poderosa reina del crucero de las almas y de toda su falange, a través de sus rayos de poder, yo decreto que
(di su nombre)...
va a ser mío por completo, me va a pedir que nunca lo deje y pedirá que me quede para siempre con él.
Ya no aguantará un día sin hablar conmigo, no podrá salir con amigos ni familia sin que escuche mi voz toda la noche e incluso distante mi imagen y mi manera no saldrá de su pensamiento, casi lo vuelvo loco y sufriente y con mucha necesidad de verme.
Invoco los rayos de poder de María Padilha, para que llegue donde él esté, que no pueda esconderse, ni huir ni escapar, que cada rayo de poder toque cada fibra de su ser, y porque así debe ser, llamo a su nombre en la tierra, llamo a
(repite su nombre 7 veces)...
El poder de María Padilha de los siete rayos de poder llega hasta donde esté
(di su nombre)...
ahora y que comience a pensar en mí sin parar, en todo momento de su día y noche y sentirá un deseo incontrolable de verme hoy y siempre, él tiene que buscarme y querer estar solo conmigo ahora para que acabe la tortura insoportable de no estar conmigo.
Amada María Padilha, que tu rayo del sacro nombre grabe mi nombre a fuego en su mente y no pueda ser borrado por las mareas ni tempestades del tiempo.
Tortura con tu rayo de ruido poderoso su oído con mi nombre y grite una y mil veces mi nombre, que retumbe en su cabeza una y mil veces, para que vuelva su conciencia loca de amor por mí
(di tu nombre)...
Rayo de la locura, azótalo día y noche, noche y día, tortura hasta su caída, hasta que deje de luchar y resistirse a entregarme su amor a mí.
Que no tenga paz ni tranquilidad, que me recuerde en todo momento, recuerde mi imagen, recuerde mi sexo, escuche mi nombre sin parar donde esté,
tórturalo con mi recuerdo y por eso en este momento te llamo siete veces, por los siete rayos poderosos de María Padilha,
(repite su nombre 7 veces)...
Siete veces llamado para mí por los poderes de María Padilha, reina de los siete rayos de poder,
(repite su nombre 7 veces)...
Que venga ardiendo de pasión, sediento de deseo y caliente, muy caliente, tortura su cabeza hasta que olvide y perdone, tortura su mente hasta que se abra y se entregue, tortura hasta que olvide los dolores de amor, miedos, ira y frustración, tortura para que olvide a otras mujeres y todo el deseo y la atracción que provocaron en él, tortura sienta con pensamientos impuros y lujuriosos que no sean dirigidos a mí (di tu nombre).
Tortura es lo que recibe hasta que loco de amor verdadero vuelva a mí, (di tu nombre).
Ahora me dirijo a ti con Maria Padilha a mis espaldas y apuntando hacia ti los más tortuosos rayos de poder, donde tú estés en este instante, donde estés,
estarás queriendo abrazarme con cariño y amor y con pasión de hombre y queriendo como loco poseer mi cuerpo y mi deseo, y eso será tu tortura hasta que me poseas.
Yo también te quiero, así que vamos a unirnos por el poder de María Padilha, que su rayo de unión poderosa nos envuelva en un halo indestructible y una para siempre tu sino al mío como una sola amalgama de amor.
Que el rayo de la lujuria nos alcance y nos llene de pasión, deseo y lujuría para tener sexo y placer adulto sin límites.
Siete veces te llamo
(repite su nombre 7 veces)...
para que mi nombre suene en tus oídos y tu mente incesantemente sin parar.
Tú estás atrapado a mí, estás atrapado en los siete rayos y en los siete guizas de las faldas de María Padilha de su falange, que dentro de poco me buscas lleno de pasión, extraño, lleno de mí, loco para venir ahora a entregarte todo para mí y nunca más te irás y nos quedaremos juntos.
Domina a este hombre para mí ahora y siempre, por los siglos de los siglos, por su tiempo vital y el mío, hasta su último aliento en su última hora en la tierra, tú ya eres mío, ya eres mío por el poder de María Padilha, así sea, así será, así ya es.
Mi poderosa María Padilha, te imploro que uses tus poderes y acciona las palancas necesarias para romper todas las trabas que están impidiendo que se acerque a mí, para que regrese rapidamente a mí y nunca más se le cruce por la mente alejarse.
Confío en ti, mi Reina fuerte y poderosa, llevaré tu nombre a los cuatro rincones del mundo para mostrar mi agradecimiento.
Sigue torturando a los renegados de corazón frío y mente caliente.
Amén.
(di su nombre)
tortúralo para que quede prendado por mí, por mi cuerpo, por mi sudor, por mi aliento y mi jadeo, y así queda grabado en el eter del destino, tortúralo hasta su vuelta, tortúralo fuerte en su huída, su aura es mía, su color es el que yo decida, suya ya no es su vida, yo decidiré por él, yo decido por él, ya no sufriré por él, tortúralo con tus rayos de poder,
(di su nombre)...
Por la tortura inflingida por María Padilha, toda poderosa reina del crucero de las almas y de toda su falange, a través de sus rayos de poder, yo decreto que
(di su nombre)...
va a ser mío por completo, me va a pedir que nunca lo deje y pedirá que me quede para siempre con él.
Ya no aguantará un día sin hablar conmigo, no podrá salir con amigos ni familia sin que escuche mi voz toda la noche e incluso distante mi imagen y mi manera no saldrá de su pensamiento, casi lo vuelvo loco y sufriente y con mucha necesidad de verme.
Invoco los rayos de poder de María Padilha, para que llegue donde él esté, que no pueda esconderse, ni huir ni escapar, que cada rayo de poder toque cada fibra de su ser, y porque así debe ser, llamo a su nombre en la tierra, llamo a
(repite su nombre 7 veces)...
El poder de María Padilha de los siete rayos de poder llega hasta donde esté
(di su nombre)...
ahora y que comience a pensar en mí sin parar, en todo momento de su día y noche y sentirá un deseo incontrolable de verme hoy y siempre, él tiene que buscarme y querer estar solo conmigo ahora para que acabe la tortura insoportable de no estar conmigo.
Amada María Padilha, que tu rayo del sacro nombre grabe mi nombre a fuego en su mente y no pueda ser borrado por las mareas ni tempestades del tiempo.
Tortura con tu rayo de ruido poderoso su oído con mi nombre y grite una y mil veces mi nombre, que retumbe en su cabeza una y mil veces, para que vuelva su conciencia loca de amor por mí
(di tu nombre)...
Rayo de la locura, azótalo día y noche, noche y día, tortura hasta su caída, hasta que deje de luchar y resistirse a entregarme su amor a mí.
Que no tenga paz ni tranquilidad, que me recuerde en todo momento, recuerde mi imagen, recuerde mi sexo, escuche mi nombre sin parar donde esté,
tórturalo con mi recuerdo y por eso en este momento te llamo siete veces, por los siete rayos poderosos de María Padilha,
(repite su nombre 7 veces)...
Siete veces llamado para mí por los poderes de María Padilha, reina de los siete rayos de poder,
(repite su nombre 7 veces)...
Que venga ardiendo de pasión, sediento de deseo y caliente, muy caliente, tortura su cabeza hasta que olvide y perdone, tortura su mente hasta que se abra y se entregue, tortura hasta que olvide los dolores de amor, miedos, ira y frustración, tortura para que olvide a otras mujeres y todo el deseo y la atracción que provocaron en él, tortura sienta con pensamientos impuros y lujuriosos que no sean dirigidos a mí (di tu nombre).
Tortura es lo que recibe hasta que loco de amor verdadero vuelva a mí, (di tu nombre).
Ahora me dirijo a ti con Maria Padilha a mis espaldas y apuntando hacia ti los más tortuosos rayos de poder, donde tú estés en este instante, donde estés,
estarás queriendo abrazarme con cariño y amor y con pasión de hombre y queriendo como loco poseer mi cuerpo y mi deseo, y eso será tu tortura hasta que me poseas.
Yo también te quiero, así que vamos a unirnos por el poder de María Padilha, que su rayo de unión poderosa nos envuelva en un halo indestructible y una para siempre tu sino al mío como una sola amalgama de amor.
Que el rayo de la lujuria nos alcance y nos llene de pasión, deseo y lujuría para tener sexo y placer adulto sin límites.
Siete veces te llamo
(repite su nombre 7 veces)...
para que mi nombre suene en tus oídos y tu mente incesantemente sin parar.
Tú estás atrapado a mí, estás atrapado en los siete rayos y en los siete guizas de las faldas de María Padilha de su falange, que dentro de poco me buscas lleno de pasión, extraño, lleno de mí, loco para venir ahora a entregarte todo para mí y nunca más te irás y nos quedaremos juntos.
Domina a este hombre para mí ahora y siempre, por los siglos de los siglos, por su tiempo vital y el mío, hasta su último aliento en su última hora en la tierra, tú ya eres mío, ya eres mío por el poder de María Padilha, así sea, así será, así ya es.
Mi poderosa María Padilha, te imploro que uses tus poderes y acciona las palancas necesarias para romper todas las trabas que están impidiendo que se acerque a mí, para que regrese rapidamente a mí y nunca más se le cruce por la mente alejarse.
Confío en ti, mi Reina fuerte y poderosa, llevaré tu nombre a los cuatro rincones del mundo para mostrar mi agradecimiento.
Sigue torturando a los renegados de corazón frío y mente caliente.
Amén.
Rezar siete Avemarías y siete Credos.
Hacer la oración y los rezos siete noches seguidas, comenzando la medianoche de un sábado de luna llena.
Encender una vela roja y una negra al iniciar la oración, apagarlas al acabar y dejar que se consuman ambas la última noche.
Si el último día se acaba primero la vela roja, el deseo se cumplirá. Si se acaba primero la vela negra, hay que repetir la oración desde el principio.
Compartir en siete altares la oración, o con siete amigos.
Hacer la oración y los rezos siete noches seguidas, comenzando la medianoche de un sábado de luna llena.
Encender una vela roja y una negra al iniciar la oración, apagarlas al acabar y dejar que se consuman ambas la última noche.
Si el último día se acaba primero la vela roja, el deseo se cumplirá. Si se acaba primero la vela negra, hay que repetir la oración desde el principio.
Compartir en siete altares la oración, o con siete amigos.