En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo,
mi amada presencia de Dios en mí,
que yo soy (di tu nombre).
Jesucristo vencedor que en la cruz fuiste vencido,
vence a (di su nombre)
que esté vencida conmigo;
en el nombre del Señor si eres animal feroz,
mansa como cordero,
mansa como la flor del romero,
tienes que venir a mí.
Porque pan comiste
y por la palabra más fuerte que me diste,
quiero que vengas a mí
a cumplir lo que me has ofrecido.
Santísima muerte,
yo te suplico te dignes ser mi protectora
y que me concedas este bendito favor
y todos los que yo te pida por el resto de mi vida.
Santísima muerte,
tú que andas por todas partes del mundo,
pueblos, ciudades, cuevas, hogares, caminos,
donde quiera que te encuentres el espíritu,
cuerpo y alma de (di su nombre),
tráemela, tráemela, tráemela, tráemela.
No la dejes, no la dejes en cama dormir,
en mesa comer, en silla sentar,
ni con amigos ni con amigas, ni con hombres,
porque mi voz se ha de escuchar,
mis pasos ha de sentir y amorosa
y desesperada tiene que venir a mí.
Espíritus de luz que alumbran las tinieblas de las almas,
yo les pido que alumbren el espíritu,
cuerpo y alma de (di su nombre)
para que se acuerde de mí
y todo lo que tenga me lo dé
impulsado por tus poderes.
Espíritu, cuerpo y alma de (di su nombre),
ven porque yo te llamo,
yo te sugestiono y yo te domino,
tranquilidad no haz de tener
hasta que vengas rendida a mis pies.
Te lo pido por nuestro señor Jesucristo,
que así es.
Amén, amén y amén.
Rezar tres Avemarías y tres Glorias.
Hacer la oración y los rezos nueve noches seguidas.
Encender una vela roja junto a la imagen o estampa de San La Muerte
(se puede imprimir una en el enlace de la descripción de este vídeo).
ofrendar chocolate, para que endulce al ser amado, flores, para que la Santa se sienta cómoda y venerada, y un vaso de agua para conducir las energías del ser amado hasta nosotros.