Santa Elena, Reina fuiste
y al calvario llegaste,
tres clavos trajiste,
uno lo tiraste al mar,
el otro se lo clavaste a tu hijo,
el que te queda no te lo pido dado
sino prestado para clavárselo a
(di su nombre)
para que venga a mí, amante y cariñoso,
fiel como un perro,
manso como un cordero,
caliente como un chivato,
que venga, que venga,
que nadie lo detenga.
Ven. Ven. Ven.
Yo soy la única persona que te llama.
Ven. Ven. Ven.
y al calvario llegaste,
tres clavos trajiste,
uno lo tiraste al mar,
el otro se lo clavaste a tu hijo,
el que te queda no te lo pido dado
sino prestado para clavárselo a
(di su nombre)
para que venga a mí, amante y cariñoso,
fiel como un perro,
manso como un cordero,
caliente como un chivato,
que venga, que venga,
que nadie lo detenga.
Ven. Ven. Ven.
Yo soy la única persona que te llama.
Ven. Ven. Ven.
En el nombre de Dios yo te invoco,
espíritu del Dominio,
espíritu Intranquilo,
espíritu del Desespero,
espíritu de Don Juan de la Conquista,
espíritu del Amor,
espíritu de Don Juan de los Caminos,
espíritu de San Juan Minero,
espíritu de San Juan de la Calle,
espíritu de los 4 vientos, sendas y lugares,
espíritu del Encanto,
espíritu de San Marcos de León,
espíritu de Santa Martha
y Santa Elena de Jerusalén,
espíritu de San Salvador de Horta,
espíritu de Santa Inés del Monte Perdido,
espíritu de María de la Cabeza,
espíritus benéficos todos,
yo los conjuro para que me ayuden
a dominar los cinco sentidos,
pensamientos, juicio, espíritu vivo
y la voluntad de (di su nombre),
ofrezco este conjuro
al Santo Ángel de la Guarda de
(di su nombre),
por el santo día que lo bautizaron,
por el día en que nació
(di su nombre),
por el día en que lo bautizaron
y por el día en que ha de morir.
Lo que estoy conjurando
es el espíritu vivo,
cuerpo, mente, miembro sexual,
cabeza, pies y manos,
pensamiento, juicio y voluntad de
(di su nombre).
es el espíritu vivo,
cuerpo, mente, miembro sexual,
cabeza, pies y manos,
pensamiento, juicio y voluntad de
(di su nombre).
Concededme espíritus del Dominio que
(di su nombre)
no pueda estar, ni vivir tranquilo,
que no pueda comer, ni dormir,
ni beber, ni andar
sin el pensamiento puesto en mí,
que me llamo (di tu nombre)
hasta que a mis pies venga a parar,
rendido de amor, de interés
y deseo por verme, desesperado por tenerme,
atraído por mi sexo, ofreciéndome el suyo,
deseoso, arrepentido y humilde,
halagándome con besos y caricias,
arrastrándose a mis pies,
suplicante y manso,
siendo yo su dueña para mí y por mí,
que me llamo (di tu nombre).
(di su nombre)
no pueda estar, ni vivir tranquilo,
que no pueda comer, ni dormir,
ni beber, ni andar
sin el pensamiento puesto en mí,
que me llamo (di tu nombre)
hasta que a mis pies venga a parar,
rendido de amor, de interés
y deseo por verme, desesperado por tenerme,
atraído por mi sexo, ofreciéndome el suyo,
deseoso, arrepentido y humilde,
halagándome con besos y caricias,
arrastrándose a mis pies,
suplicante y manso,
siendo yo su dueña para mí y por mí,
que me llamo (di tu nombre).
Con dos te veo, con tres te ato,
la sangre te bebo y el corazón te parto,
Cristo valedme y dadme la paz.
Ven (di su nombre) dominado en cuerpo,
pensamiento y voluntad,
ya no puedes mirar a nadie más que a mí,
tu amor y tu cariño solo son para mí,
mi presencia te es atractiva,
mi mirada te sugestiona,
mi voz te domina,
mis ojos te ciegan
y mi voluntad es la tuya.
Así sea, así sea, así sea, así sea.
Amén.
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
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Materiales:
3 Medallas impresas de Santa Elena (comprar aquí);
1 vela roja (comprar aquí);
1 incienso de rosas (comprar aquí);
1 tijera (comprar aquí);
1 cerilla de madera (comprar aquí);
canela molida (comprar aquí);
azúcar (comprar aquí).
Procedimiento:
Escribe con la punta de la tijera 3 veces el nombre de la persona amada, desde la mecha hacia la base.
Lo impregnas con canela y azúcar y luego lo consagras.
Encender con la cerilla la vela y el incienso y realizar la oración.
Cuando se consuma la vela coger las medallas, enterrar una en tierra, lanzar otro al agua (mar, río o arroyo) y guardar el tercero para dárselo a la pareja recuperada.
Lo impregnas con canela y azúcar y luego lo consagras.
Encender con la cerilla la vela y el incienso y realizar la oración.
Cuando se consuma la vela coger las medallas, enterrar una en tierra, lanzar otro al agua (mar, río o arroyo) y guardar el tercero para dárselo a la pareja recuperada.
Este ritual se debe hacer mientras la luna esté creciendo y los restos del ritual una vez terminado se deben enterrar bajo un árbol frondoso.