Señor Santiago, el Mayor,
Apóstol del Verbo Eterno,
a tu protección me pongo
para que nos libres del infierno.
Haz que cumpla con mi estado
y que adorando a mi Dios,
venere a la Santa Virgen
y huya del pecado atroz.
Para que a la hora de mi muerte
me siente yo junto a vos,
para alabaros por siempre,
primo hermano del Señor.
Que la Cruz de Jerusalén
defienda a mi familia y la proteja,
y ablande los duros corazones
de quien les quieran hacer mal.
Y que si a traición combaten
contra ellos sus enemigos,
con tú valeroso brazo
interpongas tu Poderoso Escudo.
En donde botarse deben las armas
que contra ellos lleven,
con tu Estandarte querido
defiéndelos de las fieras,
y que vayan presurosos
ante la cruz de tu enseña.
Cuando caigan en una cruel cárcel,
por los cambios de la vida,
has de abrir todas las puertas
para que tengan salida.
Y que ninguna arma los toque,
y que vivan prevenidos
haciéndoles tu ver claro,
y que no tengan herida.
Y de manera cristiana
acabe yo aquí mi vida,
para que vaya yo a la otra
a adorar a Dios,
por Cristo Nuestro Señor.
Seas tú Señor Santificado
y custodio de tu pueblo,
que la protección del Apóstol Santiago
me guarde en la amistad de la vida
y te sirva con toda seguridad,
por Cristo nuestro Señor
Amén.
Apóstol del Verbo Eterno,
a tu protección me pongo
para que nos libres del infierno.
Haz que cumpla con mi estado
y que adorando a mi Dios,
venere a la Santa Virgen
y huya del pecado atroz.
Para que a la hora de mi muerte
me siente yo junto a vos,
para alabaros por siempre,
primo hermano del Señor.
Que la Cruz de Jerusalén
defienda a mi familia y la proteja,
y ablande los duros corazones
de quien les quieran hacer mal.
Y que si a traición combaten
contra ellos sus enemigos,
con tú valeroso brazo
interpongas tu Poderoso Escudo.
En donde botarse deben las armas
que contra ellos lleven,
con tu Estandarte querido
defiéndelos de las fieras,
y que vayan presurosos
ante la cruz de tu enseña.
Cuando caigan en una cruel cárcel,
por los cambios de la vida,
has de abrir todas las puertas
para que tengan salida.
Y que ninguna arma los toque,
y que vivan prevenidos
haciéndoles tu ver claro,
y que no tengan herida.
Y de manera cristiana
acabe yo aquí mi vida,
para que vaya yo a la otra
a adorar a Dios,
por Cristo Nuestro Señor.
Seas tú Señor Santificado
y custodio de tu pueblo,
que la protección del Apóstol Santiago
me guarde en la amistad de la vida
y te sirva con toda seguridad,
por Cristo nuestro Señor
Amén.
Pedir lo que se desea conseguir.
Rezar el Credo, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.