Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso,
Padre Bueno, te lo ruego, escúchame,
no desoigas mis suplicas esperanzadas,
envía tu piadosa mirada sobre mi persona,
mi casa, mi familia, mis vecinos,
mi prójimo, y todo aquel que lo necesite.
Consérvanos la salud del cuerpo,
y especialmente la del alma,
alívianos los dolores, sananos en la enfermedad.
Si hemos causado daño a alguien, socórrelo,
para alcanzar así el perdón,
que Tú Señor guardas para todos nosotros.
Tú que nos enseñaste a ganar el pan de cada día
con el sudor de nuestra frente,
¡oh misericordioso Padre Celestial!,
procúrame un buen trabajo honrado, o un negocio,
con el que pueda mantener ampliamente
a los que tu voluntad ha confiado a mi cuidado,
para que les pueda dar casa, vestido y sustento
y afronte mis pagos y necesidades con facilidad.
Que en mi hogar reine la felicidad, la paz,
la tranquilidad, el amor,
la prosperidad y el bienestar bajo tu perfecto amparo.
Que nadie perturbe nuestro hogar,
danos la protección que tanta falta nos hace,
que los enemigos no puedan causarnos ningún mal,
aleja los peligros y accidentes,
las discusiones, celos, rencores y dificultades.
Bendice todo cuanto pienso y realizo,
bendice nuestras obras y acciones cotidianas,
bendice nuestras horas de ocio y las de sueño.
Afirma cada día mi fe
que me enseñaron mis padres y abuelos.
Infunde en mi el amor al prójimo;
préstame los medios para socorrerles.
Oh Padre Celestial,
nuestro corazón esta lleno de confianza y fe en Ti,
porque tu Compasión no tiene limites,
danos en todo momento tu ayuda,
nunca dejaremos de amarte, alabarte y servirte.
Amén.
Padre Bueno, te lo ruego, escúchame,
no desoigas mis suplicas esperanzadas,
envía tu piadosa mirada sobre mi persona,
mi casa, mi familia, mis vecinos,
mi prójimo, y todo aquel que lo necesite.
Consérvanos la salud del cuerpo,
y especialmente la del alma,
alívianos los dolores, sananos en la enfermedad.
Si hemos causado daño a alguien, socórrelo,
para alcanzar así el perdón,
que Tú Señor guardas para todos nosotros.
Tú que nos enseñaste a ganar el pan de cada día
con el sudor de nuestra frente,
¡oh misericordioso Padre Celestial!,
procúrame un buen trabajo honrado, o un negocio,
con el que pueda mantener ampliamente
a los que tu voluntad ha confiado a mi cuidado,
para que les pueda dar casa, vestido y sustento
y afronte mis pagos y necesidades con facilidad.
Que en mi hogar reine la felicidad, la paz,
la tranquilidad, el amor,
la prosperidad y el bienestar bajo tu perfecto amparo.
Que nadie perturbe nuestro hogar,
danos la protección que tanta falta nos hace,
que los enemigos no puedan causarnos ningún mal,
aleja los peligros y accidentes,
las discusiones, celos, rencores y dificultades.
Bendice todo cuanto pienso y realizo,
bendice nuestras obras y acciones cotidianas,
bendice nuestras horas de ocio y las de sueño.
Afirma cada día mi fe
que me enseñaron mis padres y abuelos.
Infunde en mi el amor al prójimo;
préstame los medios para socorrerles.
Oh Padre Celestial,
nuestro corazón esta lleno de confianza y fe en Ti,
porque tu Compasión no tiene limites,
danos en todo momento tu ayuda,
nunca dejaremos de amarte, alabarte y servirte.
Amén.
Rezar el Credo, Padrenuestro y Gloria.
Repetir la oración y los rezos tres días seguidos.
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