Bajo tu amparo
nos acogemos,
santa María amada,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien,
líbranos de todo peligro,
¡Oh! siempre Virgen,
siempre gloriosa
y siempre bendita.
Amén.
Por los poderes de San Cipriano y de las tres almas que vigila, (di su nombre) vendrá ahora detrás de mí (di tu nombre), va a venir arrast...