Ajo poderoso y milagroso,
planta y bulbo sagrado
que neutralizas los hechizos y atraes la suerte:
líbrame de enemigos
y de todos los que quieren hacerme mal,
dame salud, fortuna y prosperidad.
Ajo poderoso, ajo milagroso,
que el mismo dios Hermes te santificó
y te dio poder para ayudar a los caminantes,
suerte a los jugadores,
y atraer ventas a los comerciantes,
no dejes de favorecerme en mis caminos.
También te puso en las manos de Ulises
para protegerle y librarle de los hechizos
de la malvada bruja Circe,
por ello te pido, no me dejes de amparar y cuidar.
Fuiste puesto en el Monte Calvario
donde Jesús murió
para darte eterna luz
y librarnos de todo mal.
Líbrame de cárceles y demonios,
y cuando mis enemigos y adversarios
intenten matarme o herirme,
que sus ojos no me vean,
que sus pies no me alcancen,
que sus manos no me agarren,
que las armas de fuego no disparen,
que los cuchillos se desvíen
y que el mal no me persiga.
Ajo milagroso,
no permitas que me dañen
los que me miren con malos ojos,
ni permitas que me difamen
los que con malas lenguas hablen.
Retira de mí las envidias,
aparta males y desgracias,
ayúdame a tener un buen trabajo
y haz prosperar mis inversiones y mis negocios.
Consigue que del amor
tenga yo frutos hermosos,
y que no falte en mi hogar,
ni salud, ni dineros cuantiosos.
Ajo poderoso, ajo milagroso,
concédeme tus favores
y seré yo siempre venturoso,
tu que eres potente y vigoroso,
líbrame de enemigos
y de todos los que quieren hacerme mal,
dame salud, suerte y prosperidad.
Así sea.
planta y bulbo sagrado
que neutralizas los hechizos y atraes la suerte:
líbrame de enemigos
y de todos los que quieren hacerme mal,
dame salud, fortuna y prosperidad.
Ajo poderoso, ajo milagroso,
que el mismo dios Hermes te santificó
y te dio poder para ayudar a los caminantes,
suerte a los jugadores,
y atraer ventas a los comerciantes,
no dejes de favorecerme en mis caminos.
También te puso en las manos de Ulises
para protegerle y librarle de los hechizos
de la malvada bruja Circe,
por ello te pido, no me dejes de amparar y cuidar.
Fuiste puesto en el Monte Calvario
donde Jesús murió
para darte eterna luz
y librarnos de todo mal.
Líbrame de cárceles y demonios,
y cuando mis enemigos y adversarios
intenten matarme o herirme,
que sus ojos no me vean,
que sus pies no me alcancen,
que sus manos no me agarren,
que las armas de fuego no disparen,
que los cuchillos se desvíen
y que el mal no me persiga.
Ajo milagroso,
no permitas que me dañen
los que me miren con malos ojos,
ni permitas que me difamen
los que con malas lenguas hablen.
Retira de mí las envidias,
aparta males y desgracias,
ayúdame a tener un buen trabajo
y haz prosperar mis inversiones y mis negocios.
Consigue que del amor
tenga yo frutos hermosos,
y que no falte en mi hogar,
ni salud, ni dineros cuantiosos.
Ajo poderoso, ajo milagroso,
concédeme tus favores
y seré yo siempre venturoso,
tu que eres potente y vigoroso,
líbrame de enemigos
y de todos los que quieren hacerme mal,
dame salud, suerte y prosperidad.
Así sea.
RITUAL
Colocar en un recipiente o bandeja metálica una vela verde, una naranja y otra amarilla, formando un triángulo.
Situar una cabeza de ajo en el centro, poner encima unas hojas de hierba buena, encender las velas y decir la oración con mucha fe.
Visualizar como la fortuna llega al hogar o al negocio.
Dejar hasta que se consuman las velas.
Retirar el ajo y la hierbabuena y poner a la entrada de la casa o negocio, cerca de la puerta.
- Se pueden poner varios ajos para que los lleven encima cada miembro de la familia.
- El ajo también se pueden meter en una bolsa de tela roja o blanca, junto a un poco de perejil, laurel y unos granos de arroz o unas cuantas lentejas o granos de maíz seco, y colgar en la puerta del hogar, negocio o trabajo, en la parte que da al interior, para alejar todo lo malo, absorber las energías negativas y atraer buena suerte y todo lo positivo.
Hacer la oración y los rezos al menos una vez a la semana, con el ajo, o la bolsa, entre las manos y muy concentrados en lo que se quiere obtener.
Pasados tres meses se deja el ajo en el campo o en un sitio florido y se repite todo el ritual.