Glorioso san Ignacio de Loyola,
insigne predicador, gran servidor del Señor,
y fundador de la Compañía de Jesús:
por la devoción que tuviste
al excelso misterio de la Santísima Trinidad
te suplico me prestes tu valiosa ayuda
en este momento de desaliento.
Por tu inmensa virtud y bondad,
por lo mucho que deseas el bien nuestro,
intercede ante el Altísimo
y solicítale cuanto antes me conceda alivio
en este difícil y desesperado problema
por el que hoy tanto padezco y sufro:
(decir ahora lo que se quiere conseguir).
Si es para mayor gloria de Dios,
honor vuestro y provecho de mi alma,
que yo consiga lo que pido en esta oración.
San Ignacio bendito y glorioso,
alcánzame del Señor lo que con fe solicito;
y si no, acomoda mi solicitud
con todos mis pensamientos, palabras y obras
a lo que fue siempre el emblema
de vuestras heroicas empresas:
“para mayor gloria de Dios”.
San Ignacio de Loyola,
te pido también tu especial protección,
y que me guíes por los caminos del bien,
para que pueda vivir conforme a la voluntad de Dios,
y que después de esta vida
encuentre la bienaventuranza en la otra,
para poder estar contigo
en el cielo para toda la eternidad.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo,
Gloria a la Santísima e indivisa Trinidad,
como era en el principio,
ahora y siempre,
por todos los siglos de los siglos.
Amén.
insigne predicador, gran servidor del Señor,
y fundador de la Compañía de Jesús:
por la devoción que tuviste
al excelso misterio de la Santísima Trinidad
te suplico me prestes tu valiosa ayuda
en este momento de desaliento.
Por tu inmensa virtud y bondad,
por lo mucho que deseas el bien nuestro,
intercede ante el Altísimo
y solicítale cuanto antes me conceda alivio
en este difícil y desesperado problema
por el que hoy tanto padezco y sufro:
(decir ahora lo que se quiere conseguir).
Si es para mayor gloria de Dios,
honor vuestro y provecho de mi alma,
que yo consiga lo que pido en esta oración.
San Ignacio bendito y glorioso,
alcánzame del Señor lo que con fe solicito;
y si no, acomoda mi solicitud
con todos mis pensamientos, palabras y obras
a lo que fue siempre el emblema
de vuestras heroicas empresas:
“para mayor gloria de Dios”.
San Ignacio de Loyola,
te pido también tu especial protección,
y que me guíes por los caminos del bien,
para que pueda vivir conforme a la voluntad de Dios,
y que después de esta vida
encuentre la bienaventuranza en la otra,
para poder estar contigo
en el cielo para toda la eternidad.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo,
Gloria a la Santísima e indivisa Trinidad,
como era en el principio,
ahora y siempre,
por todos los siglos de los siglos.
Amén.
Rezar el Credo, Padrenuestro y Avemaría.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.