Oh, San Jorge,
glorioso vencedor del dragón,
ruega por nosotros.
San Jorge guerrero valeroso
que con tu lanza abatiste y venciste
al feroz dragón
ven en mi auxilio ante la malicia y la maldad,
en las malas acciones de mis enemigos
en los peligros, las dificultades, las aflicciones.
Cúbreme con tu manto,
escóndeme de todo el que me quiera dañar,
aléjame de magias, hechizos, conjuros,
y de los males que me quieran enviar,
líbrame de malas lenguas, de envidia y rencor,
de traiciones y de los ojos que me miran mal,
así como de los males que me puedan desear.
Protegido con tu manto,
caminare a través de los mares, noche y día,
y mis enemigos no me verán, no me oirán,
no me seguirán, no me encontrarán.
Bajo tu protección no caeré, no me perderé,
no sangraré, no sucumbiré.
Igual que el Salvador estuvo nueve meses
protegido en el vientre de la Virgen María,
así yo estaré protegido bajo tu manto,
teniéndote delante de mí,
armado con tu lanza y tú escudo.
San Jorge victorioso dame tu auxilio y defensa,
que nunca me falte tu amparo
para que el mal y la maldad no me dañen,
que tu manto me cubra y me salve
de todo peligro, enemigo, magia y mala situación.
Por Jesucristo, nuestro hermano y Señor.
Amén.
glorioso vencedor del dragón,
ruega por nosotros.
San Jorge guerrero valeroso
que con tu lanza abatiste y venciste
al feroz dragón
ven en mi auxilio ante la malicia y la maldad,
en las malas acciones de mis enemigos
en los peligros, las dificultades, las aflicciones.
Cúbreme con tu manto,
escóndeme de todo el que me quiera dañar,
aléjame de magias, hechizos, conjuros,
y de los males que me quieran enviar,
líbrame de malas lenguas, de envidia y rencor,
de traiciones y de los ojos que me miran mal,
así como de los males que me puedan desear.
Protegido con tu manto,
caminare a través de los mares, noche y día,
y mis enemigos no me verán, no me oirán,
no me seguirán, no me encontrarán.
Bajo tu protección no caeré, no me perderé,
no sangraré, no sucumbiré.
Igual que el Salvador estuvo nueve meses
protegido en el vientre de la Virgen María,
así yo estaré protegido bajo tu manto,
teniéndote delante de mí,
armado con tu lanza y tú escudo.
San Jorge victorioso dame tu auxilio y defensa,
que nunca me falte tu amparo
para que el mal y la maldad no me dañen,
que tu manto me cubra y me salve
de todo peligro, enemigo, magia y mala situación.
Por Jesucristo, nuestro hermano y Señor.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Repetir todo tres días seguidos.