Es por Isis que hay un cielo.
Es por Isis que hay una tierra.
Es por Isis que los vientos soplan en el desierto.
Es por Isis que el dulce sol brilla.
Es por Isis que los ríos fluyen en la primavera.
Es por Isis que las plantas dan frutos.
Es por Isis que crecemos fuertes.
Es por Isis que tenemos aliento para dar gracias.
¡Oh Isis! Madre del Cosmos,
raiz del amor,
tronco, capullo, hoja, flor y semilla
de todo lo que existe,
a Ti, fuerza naturalizante, te conjuramos,
llamamos a la reina
del espacio y de la noche y,
besando sus ojos amorosos,
bebiendo el rocío de sus labios,
respirando el dulce aroma de su cuerpo
exclamamos:
¡Oh Nuit! eterna seidad del cielo,
que eres lo que fue y lo que será,
solicito tu intervención inmediata
para una solución eterna,
trae a mis pies a
(nombre de la persona deseada)
que venga ya, sin demoras,
que sienta la sed del desierto
que solo puede calmar en mis labios,
que su deseo arda como el sol del mediodía,
que su cuerpo caliente caiga en mis brazos
como si fuera yo un oasis
en medio de la nada,
que su mente sea invadida de mí,
que sus sueños sean húmedos
y que se deba a mí,
y despierte sin dudas de amarme.
¡Isis, a quien ningún mortal
ha levantado el velo!
Entrégame a
(nombre de la persona deseada)
sin dudas, sin titubeos,
sin juicios ni prejuicios,
solo deseo y pasión,
amor y entrega total,
que deje todo lo demás
y que me busque sin cesar,
que no tenga más confuciones,
que no tenga más dubitaciones,
que no tenga más reticencias,
que sepa sobre seguro
que soy su presente y su futuro.
Cuando Tú estés
bajo las estrellas irradiantes
del nocturno y profundo
cielo del desierto
con pureza de corazón
y en la flama de la serpiente,
te llamamos y adoramos,
y así lo haremos siempre
al cumplir mi deseo.
Obliga a
(nombre de la persona deseada)
que se arrodille ante mí
pidiendo mi clemencia y mi amor,
mi cuerpo y mi calor,
que todo lo demás
le sepa a cenizas sin más,
que solo mi sudor
le sepa a miel,
que mis besos calmen su sed,
que mis brazos rodeen su ser
y ya nada más desee,
y que así debe ser.
Oh! santa y bendita Señora,
consuelo constante de la humanidad,
cuya bondad y beneficencia
nos alimenta a todos;
y cuyo cuidado
hacia aquellos en dificultades,
es como el de una amorosa Madre
a quien le importan todos sus hijos,
a ti acudo en esta angustiante hora,
para que me traigas ahora mismo a
(nombre de la persona deseada).
Tú estas ahí cuando te necesitamos,
y con tu mano apartas
lo que nos hace mal,
desenredas la red del destino
en donde estamos atrapados,
incluso deteniendo a las estrellas
si estas forman un patrón dañino,
y despeja el camino para que
(nombre de la persona deseada)
venga hacia mí sin demoras.
Todas las otras deidades,
generosas o crueles, te reverencian.
Es Isis quien rige el mundo,
aplastando los poderes del mal,
quien arregla las estrellas
para que nos den respuestas,
quien hace que las estaciones
vayan y vengan,
quien ordena a los vientos
a mover los barcos
y le da agua a las nubes
para que crezcan las semillas
y nosotros tengamos comida,
a ella invocamos y pedimos que
(nombre de la persona deseada)
venga inmediatamente a mis pies.
Si yo tuviera mil bocas
y mil lenguas en cada una,
aun así no podría hacerle justicia
a Su majestad.
Y aun así he de por siempre
recordar tu ayuda en
mis tiempos de necesidad
y mantendré tu sagrada imagen
en lo profundo de mi corazón por
toda la eternidad,
así lo rubrico yo
(di tu nombre).
Amén.
Es por Isis que hay una tierra.
Es por Isis que los vientos soplan en el desierto.
Es por Isis que el dulce sol brilla.
Es por Isis que los ríos fluyen en la primavera.
Es por Isis que las plantas dan frutos.
Es por Isis que crecemos fuertes.
Es por Isis que tenemos aliento para dar gracias.
¡Oh Isis! Madre del Cosmos,
raiz del amor,
tronco, capullo, hoja, flor y semilla
de todo lo que existe,
a Ti, fuerza naturalizante, te conjuramos,
llamamos a la reina
del espacio y de la noche y,
besando sus ojos amorosos,
bebiendo el rocío de sus labios,
respirando el dulce aroma de su cuerpo
exclamamos:
¡Oh Nuit! eterna seidad del cielo,
que eres lo que fue y lo que será,
solicito tu intervención inmediata
para una solución eterna,
trae a mis pies a
(nombre de la persona deseada)
que venga ya, sin demoras,
que sienta la sed del desierto
que solo puede calmar en mis labios,
que su deseo arda como el sol del mediodía,
que su cuerpo caliente caiga en mis brazos
como si fuera yo un oasis
en medio de la nada,
que su mente sea invadida de mí,
que sus sueños sean húmedos
y que se deba a mí,
y despierte sin dudas de amarme.
¡Isis, a quien ningún mortal
ha levantado el velo!
Entrégame a
(nombre de la persona deseada)
sin dudas, sin titubeos,
sin juicios ni prejuicios,
solo deseo y pasión,
amor y entrega total,
que deje todo lo demás
y que me busque sin cesar,
que no tenga más confuciones,
que no tenga más dubitaciones,
que no tenga más reticencias,
que sepa sobre seguro
que soy su presente y su futuro.
Cuando Tú estés
bajo las estrellas irradiantes
del nocturno y profundo
cielo del desierto
con pureza de corazón
y en la flama de la serpiente,
te llamamos y adoramos,
y así lo haremos siempre
al cumplir mi deseo.
Obliga a
(nombre de la persona deseada)
que se arrodille ante mí
pidiendo mi clemencia y mi amor,
mi cuerpo y mi calor,
que todo lo demás
le sepa a cenizas sin más,
que solo mi sudor
le sepa a miel,
que mis besos calmen su sed,
que mis brazos rodeen su ser
y ya nada más desee,
y que así debe ser.
Oh! santa y bendita Señora,
consuelo constante de la humanidad,
cuya bondad y beneficencia
nos alimenta a todos;
y cuyo cuidado
hacia aquellos en dificultades,
es como el de una amorosa Madre
a quien le importan todos sus hijos,
a ti acudo en esta angustiante hora,
para que me traigas ahora mismo a
(nombre de la persona deseada).
Tú estas ahí cuando te necesitamos,
y con tu mano apartas
lo que nos hace mal,
desenredas la red del destino
en donde estamos atrapados,
incluso deteniendo a las estrellas
si estas forman un patrón dañino,
y despeja el camino para que
(nombre de la persona deseada)
venga hacia mí sin demoras.
Todas las otras deidades,
generosas o crueles, te reverencian.
Es Isis quien rige el mundo,
aplastando los poderes del mal,
quien arregla las estrellas
para que nos den respuestas,
quien hace que las estaciones
vayan y vengan,
quien ordena a los vientos
a mover los barcos
y le da agua a las nubes
para que crezcan las semillas
y nosotros tengamos comida,
a ella invocamos y pedimos que
(nombre de la persona deseada)
venga inmediatamente a mis pies.
Si yo tuviera mil bocas
y mil lenguas en cada una,
aun así no podría hacerle justicia
a Su majestad.
Y aun así he de por siempre
recordar tu ayuda en
mis tiempos de necesidad
y mantendré tu sagrada imagen
en lo profundo de mi corazón por
toda la eternidad,
así lo rubrico yo
(di tu nombre).
Amén.
Hacer la oración la misma medianoche que se va a realizar el ritual, cuyo enlace se encuentra en la descripción de este vídeo.